Robokop

ROBOKOP
-Hola habla Robokop, quiero dedicar una canción a la señora Patricia.
-¿Qué canción quieres dedicar Robokop?- Dijo el locutor.
-“Aún te amo”-. Contestó Robokop.
-¿Cómo Robokop, aún amas a Patricia? ¿Qué no te acuerdas que te abandonó cuando estabas en el hospital? Pregunto el locutor y agregó, Robokop es mi amigo personal, yo lo visite en el hospital, después de un accidente que sufrió y conozco parte de la historia de su vida.
Robokop dijo: - Si me volteo bandera cuando más la necesitaba, pero aún la amo-.
-Como tú digas Robokop, con mucho gusto, vamos a poner tu canción dedicada a Patricia-. Agregó el locutor. Enseguida pusieron “Aún te amo”.

¿Quién es  Robokop?

Arturo antes de ser conocido como Robokop era un joven muy inquieto y trabajador, con una gran afición a las motocicletas, las cuales manejaba desde muy corta edad, a los 10 años aprendió a conducirlas, desarrollo el amor a la velocidad y la aventura. Pertenecía a un club y viajaban los fines de semana en compañía de sus amigotes.
Su pueblo natal, una cuadrilla de humildes casitas con apenas 500 habitantes, en el estado de Veracruz, México, dónde sus pobladores vivían de sembrar para autoconsumo, vender los excedentes y cocos. Arturo perdió a su padre en Boca del Río un infortunado día de plaza en que fue a vender el fríjol producto de su cosecha, consecuencia de una balacera entre marinos de la armada y narcotraficantes. Una bala expansiva perdida acabó con su vida, como fue disparada por los marinos, nunca se encontró al responsable, nunca hubo indemnización, ni pésame ni nada, poco faltó para que fuera a una fosa común, dónde se entierran los cadáveres que no son reclamados por ningún familiar. La madre de Arturo una campesina indígena que apenas sabía leer y escribir con tres hijos que mantener, dos hombres y una mujer, tuvo que trabajar en la tortillería y colocar a sus hijos allí mismo. De los tres el más diligente era Arturo que sin ser el mayor era el más responsable.
Estudió difícilmente la primaria, cosa que no hicieron sus hermanos, a pesar de que a los 10 años ya trabajaba repartiendo tortillas en una bicicleta, logró obtener su certificado. Un día su patrón compro una motoneta y le colocaron una gran parrilla, en la que el dueño de la tortillería repartía también tortillas. Pronto Arturo aprendió a manejar la moto y hacer todas las entregas de tortillas relevando a su patrón de tan arduo trabajo y logrando el reconocimiento de los clientes.
Una tía lejana lo trajo al Distrito Federal y lo colocó de lavacoches en las calles aledañas a la Secretaría de Gobernación, Arturo acostumbrado a hacer favores a todo mundo sin exigir retribución, se ganó muy pronto el respeto y cariño de muchos de sus clientes, como la envidia nunca falta, empezó a ser visto con recelo por los demás lavacoches que no se explicaban, que siendo un estúpido, según ellos, que no cobraba los favores, siempre obtenía más que ellos. Pero con una calentadita, es decir, una golpiza, lo iban hacer tenerles respeto. Cuando lo tenían rodeado y estaban a punto de golpearlo, el licenciado Gutiérrez, un cliente de Arturo, alcanzó a llegar a tiempo y sacó la pistola y a punta de insultos y gritos hizo huir a los montoneros y preguntó: - Jarocho, porque te querían pegar estos desgraciados-.
Arturo contestó: -Dicen que gano más dinero que ellos porque les estoy robando sus clientes-.
El licenciado Gutiérrez llevó a Arturo con él a su oficina, diciéndole: -Jarocho vente conmigo, no sea que esos cobardes envidiosos te vean aislado y quieran pegarte: ¡Hijos de #@€! Montoneros, ¿Jarochito, cuántos años tienes?-.
Arturo respondió: -dieciséis años-
El licenciado Gutiérrez dijo: -Caramba ese si es un problema, pero voy a ver al Delegado Sindical para que te ayude, es nuestro paisano-.
De esa manera Arturo se enteró que el licenciado y el Delegado Sindical también eran del estado de Veracruz. ¿Suerte? Es posible. Pronto, el Jarochito estaba recorriendo la ciudad en dos ruedas, ganaba una miseria y le renovaban el contrato cada 28 días, pero él estaba feliz, se quedaba con unos cuantos pesos y el resto lo enviaba a su mamá. Dejó de vivir con la tía que le quitaba todo el dinero que ganaba lavando coches a cambio del catre dónde cada noche dormía, ahora vivía en las Lomas, en el cuarto de la cochera en la casa del licenciado Gutiérrez a cambio de lavar todos los días sus tres autos, también se benefició de la ropa que le regalaron los hijos del licenciado. Trabajaba en la secretaría como mensajero y seguía haciendo favores a quien se lo pidiera, algunas personas abusaban de su nobleza, pero la mayoría le tenían aprecio y le daban buenas propinas. En la Secretaría de Gobernación lo consideraban protegido del “LIC”, por tanto, aunque había quien le tenía envidia, solamente podían odiarlo en las sombras, diciendo: -tiene mucha suerte, porque es un lambiscón –siempre hay personas que creen merecer todo a cambio de nada, envidiando a quienes se ganan el respeto y admiración con su trabajo-.

Los pistones infernales

Fue el hijo mayor del LIC, Benito –sobra decir que el Lic. Gutiérrez admiraba a Don Benito Juárez-, quien lo llevó al club de “Los pistones infernales”, Arturo en ese tiempo ya era experto en mecánica elemental de motocicletas, era un destacado alumno de Benito, gran aficionado, quien le enseñó todo lo que él sabía, que era mucho y lo presentó en el club como un gran mecánico. Por la calidad de su patrocinador, Arturo fue muy bien recibido en el club “Los pistones infernales”, ¿de dónde sacaron ese nombre?, al parecer los fundadores, por allá del año 68, influenciados por el cine gringo en la película “Nacidos para Perder”, se les ocurrió ese nombre, se sentían muy rebeldes, aunque como eran riquillos de México, nunca pasaron de ser rebeldes de utilería, todos unos farsantes, como fuimos muchos rebeldes de la época. Después a nadie se le ha ocurrido cambiar el nombre, a pesar de que en el club hay personas profesionistas y cultas.     

Fue en un café

Patricia y Arturo se conocieron en el café dónde se organizaban las excursiones del club y fue amor a primera vista. Infinidad de veces, siendo aún novios, Patricia y Arturo viajaron juntos en la motocicleta a los diferentes lugares: Tequesquitengo, Taxco, Cuautla, Tres Marías, Acapulco, paraísos situados al sur de México. Antes de cumplir un año de novios se casaron.
Patricia nunca simpatizó con el motociclismo, interiormente se había prometido hacer cambiar a Arturo de afición, cosa bastante complicada, pues Arturo trabajaba de mensajero en la Secretaría de Gobernación y siempre se movía en motocicleta. Patricia pensaba alejarlo por lo menos del club.
El círculo de amistades de Arturo giraba en torno al motociclismo y las pláticas en las reuniones versaban sobre la cantidad de cilindros, centímetros cúbicos de cilindrada, potencia en Hp, revoluciones por minuto, tiempos de aceleración, agarre de las llantas, estabilidad, comodidad y consumos de combustible. Todos estos términos aburrían a Patricia, pues no tenía ni la menor idea de lo que significaban y ningún interés en aprenderlos, ella pertenecía a otro círculo, llamaba su atención la moda, estrenar vestidos para que sus amigas no la criticaran, le gustaba ser “Totalmente Palacio”, su círculo de amistades tenía que ver con la publicidad, pues ella trabajaba como ejecutiva de ventas en una revista vendiendo espacios publicitarios. Hay vendedores que pierden la modestia y se dejan atrapar por la fanfarronería, como son representantes de la empresa dónde trabajan, llegan a considerar el nombre de la empresa como su segundo apellido: -Soy Patricia Gómez de Kena- decía a sus clientes.
Haber conocido el amor en motocicleta fue un accidente del cual se arrepentía, -¿Cómo pude enamorarme y casarme con un indio estúpido y pobretón? Se decía a sí misma:      -Pero lo voy a retirar de sus malditas motos, que trabaje como vendedor y gane más dinero. Agregaba convencida y si no cambia me divorcio, yo merezco un hombre que gane más dinero y pueda satisfacer mis lujos. Algunas mujeres se enamoran de un hombre bueno por sus cualidades personales: sencillo, alegre, despreocupado por el dinero; y luego, por ambición, pretenden que cambie o cambiarlo a: ambicioso, preocupado por el dinero y competitivo, aún que pierda la alegría y sea infeliz. Cabe aclarar que a veces lo logran, sobre todo: que sea infeliz.
Arturo se desvivía por agradar a Patricia, siendo un alma cándida hasta se había vuelto detallista, cunado recibía una buena propina, a veces regresaba de trabajar con un ramo de flores. Pero aún así, no tenía manera de complacerla. Patricia ya no era la persona de la que él se enamoró, como había cambiado después de casarse, ya ni siquiera lo acompañaba a las excursiones motociclistas de fin de semana. En secreto, Patricia ya había investigado los requisitos para un divorcio voluntario, al fin no tenían aún hijos y se habían casado por separación de bienes, era un trámite muy simple, su abogado lo arreglaría.

A la barranca profunda

La tragedia se presentó el día en que Arturo se cayó de la moto al pisar un charco de diesel que un camión de carga, sin tapón del tanque, regó en una curva de la carretera. Se combinaron la velocidad de la moto de Arturo, la negligencia del camionero y una barranca profunda. Esta mezcla siempre tiene graves consecuencias. Arturo cayó, se rompió el fémur izquierdo, la tibia y el peroné derechos, radio y cubito izquierdos, fractura de cráneo y otros golpes. Los días que siguieron al accidente, Arturo estuvo entre la vida y la muerte. Patricia nunca fue a verlo al hospital, inició los trámites de divorcio: ¡Ella ya se lo había advertido! Sus motos no le iban a traer nada bueno.
Los traumatólogos del Hospital Siglo XXI obraron milagros, implantaron un parietal de platino, clavos en fémur, tibia y peroné, radio y cubito. Tantas piezas metálicas en el cuerpo de Arturo y las reconstrucciones en la piel de sus brazos, hicieron que sus amigos, que no lo abandonaron nunca, empezaran a llamarlo Robokop, pues lo consideraban biónico, apodo que fue bienvenido por Arturo: –Pero escríbanlo con K cauns, no quiero ser el personaje gringo y no me hagan reír porque me duele mi hermoso cuerpo-. La recuperación de Arturo, aunque larga, fue milagrosa. Arturo no perdió sus capacidades motrices y pronto estaba manejando motocicleta otra vez, reintegrado a su trabajo y a su club “Los pistones infernales”.
Robokop no ha mostrado el menor resentimiento y rencor hacia Patricia, ni siquiera le ha preguntado por qué no lo visitó en el hospital cuando él se debatía entre la vida y la muerte, la sigue considerando su esposa, aunque ella logro el divorcio voluntario mientras él estaba en el hospital, porque la justicia en México esta al servicio de la corrupción, no fue necesario que él firmara nada.
La historia de Robokop muestra el verdadero sentido Cristiano del perdón y el amor, a muchos nos puede parecer masoquismo, pero cuando Jesús dijo: a quien te golpee en la mejilla izquierda, ofrécele la derecha y, Dios, perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, estaba pensando en nuestra salud espiritual, al evitar que el odio y el rencor nos consumiera. Muchas personas nos identificamos como cristianos, pero no practicamos las enseñanzas de Cristo contenidas en los evangelios, por eso estamos enfermos. Son comunes los que se dan golpes de pecho en la iglesia y salen del templo a cometer las mismas fechorías de siempre, los partidarios del PAN (Partido Acción Nacional) y otros católicos convenencieros son un ejemplo viviente. Otras en cambio, muchas veces de manera inconsciente o conciente, y sin ser religiosos, las practican de una manera intensa y humilde. Es el caso de Robokop y millones de personas en el mundo entero.
¿Qué piensa Robokop de Patricia? Esta conciente que personalmente como ser humano es responsable de sus sentimientos y conductas, de las cuales tiene el control, pero no puede influir en los sentimientos y conductas de Patricia, excepto por medio del amor y el perdón. Su mente esta muy ocupada en su recuperación física y mental, no quiere molestarse en ocupar su mente con resentimientos ni rencor. De acuerdo con esta manera de ver la vida, tiene muchas probabilidades de ser feliz y reencontrarse con el amor.
Sin embargo, Robokop no está solo, tiene grandes amigos que lo aprecian y lo cuidan, entre ellos Rubén alias el psicomotor, apodo que data desde que era estudiante de la carrera de psicología e ingresó a “Los pistones infernales”. Rubén esta de acuerdo que Arturo debe perdonar a Patricia, pero no esta muy convencido de que debe seguir buscando la reconciliación con ella, la práctica profesional psicológica diaria y el sinnúmero de pacientes que atiende, le han enseñado que hay relaciones conflictivas que hacen profundamente infelices a sus protagonistas. Ha ofrecido a Robokop llevarlo con un colega, porque Rubén dice: -No quiero que interfiera en tu tratamiento el aprecio y cariño que te tengo, quiero que te pongas en manos de un profesional que te ayude a manejar tú relación con Patricia, recuerda que las personas no nos pertenecen, tú puedes seguir queriéndola mucho, pero ella es libre de hacer con su vida y sus sentimientos lo que mejor le parezca-.
Robokop contesta: -Has de pensar que estoy loco, pero ya se me olvidó que me trataba con la punta del pie, me insultaba, de bueno para nada no me bajaba, que me confiscaba mi quincena, que me daba para mis gastos como se le da el domingo a un niño, del propio dinero que yo ganaba, mis aguinaldos, chambitas extras dónde yo me ganaba una propina, me las quitaba, porque consideraba que yo iba a derrochar ese dinero con mis amigotes, nunca me preocupó que ella gastara mucho dinero en ropa de marca, siempre quise que ella fuera feliz y hasta me sentía mal por no ganar más dinero y proveerle de mayores lujos. Hasta una vez la llevé con un psicólogo para que la curara, pues presumíamos que era bipolar, su carácter pasaba de ser un dulce a ser un ogro, quería que me tratara de manera más humana y dejara de insultarme, después de diez sesiones y mucho dinero gastado no se curó, por eso tengo tanta resistencia a tratarme con un psicólogo-.
Rubén:-Ves Arturo, a eso me refiero, es que ella no está enferma, con su actitud cruel hacia ti logró acabar completamente con tu autoestima, dominarte, quitarte tu dinero, hacer que la amaras más mientras más inhumana se portaba. No vayas a molestarte conmigo,  pero el enfermo eres tú, el que requiere curarse eres tú, la victima que, por amor, fuiste capaz de soportarle todos sus desprecios y malos tratos. Todavía hoy vive en el condominio que tu compraste antes de casarte con ella y te corrió, se que Rafa te quiere mucho y su esposa también, pero estás de arrimado teniendo tu propio departamento. Patricia es capaz de no pagar el mantenimiento del condominio, el agua, la boleta predial, la luz y el teléfono, servicios que ella utiliza, porque están a tu nombre y en el colmo del descaro hacer que los pagues tú. Las veces que te ha hecho alguna ofensa, como cuando corrió a tu mamá que vino a verte desde Veracruz, convertida en toda una actriz consagrada de Holliwood, te buscó y te dijo que estaba enferma, me parece que por eso la mandaste al tratamiento psicológico. Pero desde entonces tus familiares te detestan, que más quieres que Patricia te haga para convencerte que necesitas ayuda profesional de un psicólogo. ¡Ha! Y no pienses que te vas a curar en una sesión. Tendrás que recorrer un largo camino hacia la recuperación de tu autoestima y revivir al Arturo de “Los pistones infernales” que eras antes de conocer a Patricia-.
Robokop: -Tienes razón Psicomotor, perdón Rubén, necesito ayuda, precisamente anteayer Patricia me llamó para decirme que fuera a pagar el mantenimiento, porque se deben las mensualidades desde que estuve en el Hospital, a mi me desprecia y no quiere volver ha saber de mí, sin embargo, no le importa vivir en mi departamento y que yo pague los servicios y, hasta ahora, que tu me has puesto ante mis ojos la realidad de mi amor enfermizo, no había reparado en ello. Consideraba que cediendo en todo lo que ella me pidiera, ella volvería amarme, pero estos cinco años que he viví con ella a pesar de que cedí en todo, no logré que me amara, no tuvo misericordia para visitarme en el hospital, se divorció de mi sin mi consentimiento, por qué esta vez ha de ser diferente. Cuando requiere que yo pague algo me habla con dulzura, me seduce, me recuerda momentos felices de cuando nos conocimos, me dice que se enamoró de mí, a pesar de ser un simple mensajero por que era un gran tipo, guapo y con el corazón de oro. Ayer pagué el mantenimiento, pero ella que dijo que me iba esperar para ir a la administración juntos, llamó 5 minutos antes de que yo saliera para disculparse por no estar, porque tenía que ver a un cliente muy importante. De lo único que me alegro es de nunca haber accedido a ser judicial para ganar más dinero, como ella me decía, mi madre me enseño a ser honrado, muy india muy ignorante, pero jamás traicionaría los valores que ella me enseñó, nunca me soñé extorsionando gente o viviendo de la desgracia de otro ser humano. Patricia me decía: todos roban, si tú no lo haces es porque eres un estúpido, cuando les arreglas las motos a tus amigotes, cóbrales bien no seas idiota, ellos ganan mucho dinero, son profesionistas, algunos ricos, tú necesitas más el dinero que ellos, mira como vivimos en la pobreza, luego me hacia acompañarla a Liverpool y cuando estábamos en la caja para pagar, me decía: paga con tu honradez estúpido, yo sacaba la tarjeta de crédito y me comprometía a pagar con intereses-.
Rubén: -No te culpes, no eres un gran tonto, eres un hombre enamorado de la persona equivocada. Siempre que te quieras atormentar con la culpa, recuerda que tú eres un hombre de buena fe, que crees en las palabras de las personas y en la honestidad de todo el mundo y en general el mundo es amable contigo. Hay más gente que te quiere y te ayuda, mientras estuviste en el hospital, tus compañeros de trabajo desfilaron uno a uno junto a tu cama dándote animo, todos tus amigos movimos influencias para conseguir todas las prótesis que necesitaste, tu sabes que algunas de ellas cuestan una fortuna, no estuvo Patricia, pero no la necesitaste para salvar tu vida. ¡Estas vivo! Y no gracias a ella, sino a los amigos con quien tu te has dado a querer y al carácter de sobreviviente indómito que tienes, un digno miembro del moto club “Los pistones infernales”. De vez en cuando en la vida, en un momento en que nos sintonizamos en otra frecuencia que no esta en la banda normal de nuestra vibración, podemos encontrarnos a personas que nos insultan, nos roban, nos seducen o nos hacen daño, mientras a ellos les toma cinco minutos olvidarnos, nosotros podemos durar años culpándonos por haber tolerado tan fácilmente sus extorsiones. Mientras los seres humanos no inventemos la máquina del tiempo que nos permita regresar al pasado a desfacer entuertos, tendremos que enterrar los agravios en el olvido-.
Robokop: -Sabes Rubén, me siento estúpido, pero a la vez muy triste, no fui capaz de despertar amor en Patricia, sin embargo, yo la amé con todo el cariño de que soy capaz y ahora que estoy empezando a despertar de esa pesadilla, me siento robado, no por el dinero que le di, sabes que el dinero nunca me ha interesado, sino porque no es posible que ella no me haya amado ni tantito, nunca le pedí que me amara mucho… y-.
-Para, Para- dijo Rubén y añadió: -La ayuda que necesitas no es para separarte de Patricia, eso es relativamente fácil, de hecho ella ya se retiró de ti, la ayuda es para que cures las heridas de tu autoestima, lo cual no va ser fácil como ya te dije, pero tengo la completa seguridad de que lo vas a lograr, recuerda que eres un sobreviviente indómito y ningún miembro de “Los pistones infernales” se rinde fácilmente, bueno ni la calaca fue capaz de cargar contigo, a pesar de que te tuvo casi en sus manos, bueno sus huesos, menos una mujer, aunque un par de piernas jalen más que un par de mulas. Por algo vives, una nueva vida para ti es posible-.
Robokop aceptó someterse al tratamiento psicológico y pronto fue un hombre diferente, recuperó su departamento, ni la seducción, ni el chantaje sentimental de Patricia fue suficiente. Hoy cinco años después pasea en motocicleta a su primer hijo, que ya tiene dos años de edad. Rubén que es el padrino del pequeño, sigue sosteniendo en las platicas del club, que los psicólogos no se pueden dar tratamientos a si mismos, tampoco a su familia y amigos con quien llevan relación de muchos años casi de hermanos, como él y Robokop, dice: -Las personas cuando requerimos ayuda psicológica, tenemos que ser atendidos por un profesional de la psicología. No se necesita estar loco para ver a un psicólogo, como muchos piensan, muchos sufrimos de soledad, desatención, depresión, ira reprimida, abuso de nuestra nobleza, disminución de la autoestima, entre otros desarreglos emocionales, que degeneran a desarreglos mentales cuando se vuelven crónicos. Pero lo más importante, en muchas enfermedades físicas, que las personas presentan de tiempo en tiempo, en el fondo hay un desajuste emocional al cual no se le ha puesto la atención debida, incluso algunos accidentes por desconcentración momentánea son debidos a estos desajustes, por algo, atrás de la psicología moderna hay más de doscientos años de estudio y profesionales practicándola. He dicho, y suelta la carcajada-.
Robokop cuando cuenta la historia de su vida, dice que va hacer una novela que se llame la vida en dos ruedas, porque la moto, su modo de vida, le ha devuelto con creces la felicidad. Arturo en su nuevo matrimonio no busco la belleza externa si no la belleza interior y es posible que su esposa Ana también, porque viven de manera modesta, no viste a la moda, su nueva esposa no es “totalmente Palacio” pero son felices al lado de Arturito el robotito como le dicen sus amigos de “Los pistones infernales”. Afortunadamente, Robokop encontró su nueva relación sentimental cuando había sanado de su relación anterior, ello le permitió estar sintonizado en su propia frecuencia y encontrar una mujer que comparte sus valores y aspiraciones, que fue capaz de darle un hijo a pesar de que se le descompuso la figura y lo tiene que cuidar y educar.
¡Aguas! A veces eso de que un clavo saca otro clavo, si no estamos sintonizados en una frecuencia adecuada, nos puede llevar a repetir la tormentosa relación pasada o una en peores condiciones. Lo correcto es iniciar una nueva relación cuando las heridas pasadas hayan sanado.

Belleza de plástico

¿Qué sucedió con Patricia? Resulta que sin proponérselo, sin necesidad de una investigación exhaustiva, Carlos un compañero médico del club de motociclismo se enteró que las curvas y los grandes senos de Patricia, los cuales deslumbraron a Robokop, no eran naturales eran fruto de cirugías e implantes de silicón, uno de los cuales se infectó y tuvo que ser atendida de emergencia en la clínica dónde él trabaja, se sospecha, por los múltiples golpes que presentaba, que la infección fue fruto de un golpe recibido en el seno, en un intercambio de golpes con su nuevo marido. Por la gravedad del caso se tuvo que levantar acta ministerial, declarando que el marido se molestó mucho cuando ella le reclamó que buscara trabajo o que hiciera algo, porque ella ya no estaba dispuesta a seguirlo manteniendo. Esto sugiere que a veces los victimarios en una relación, bajo otras circunstancias y otra relación se convierten en victimas, por los antecedentes de Patricia, estas peleas deben ser encarnizadas y con las armas que se encuentren a la mano y llegado el caso pueden terminar en la muerte. Pues Patricia en una ocasión agredió a Robokop con un tubo de escape de moto y eso que éste no era capaz ni de levantarle la voz, afortunadamente no le atinó.
Nadie en el club quería decirle a Robokop, temían su reacción, pensaban que iba a salir corriendo a buscarla para defenderla, pero consultando a Rubén, se decidió informarle. Éste tomo la noticia con calma y dijo: -Si ella considera que puedo ayudarla en algo, con gusto lo hago, pero debe tener un concepto muy pobre de mí, me debe considerar insignificante, siempre me consideró un bueno para nada, de otro modo me hubiera buscado antes-.
-Es verdad- dijo Rubén y agregó: -Ahora si está enferma y no solamente por los golpes, requiere ayuda psicológica, su autoestima debe estar muy dañada y ella no tiene a su alrededor amigos que la quieran y la ayuden, “Los pistones infernales” y Arturo podríamos ayudarla, pero siempre nos odió porque nos consideraba una mala influencia para él. Otro problema sería la inmensa herida que le causaría a su orgullo el sólo hecho de saber que estamos enterados de la situación por la que pasa, en fin que más puedo decir, si a los seres humanos las emociones nos mueven como marionetas, de otro modo los psicólogos seríamos arquitectos o mecánicos o cualquier otra cosa, que se yo-.

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