Pánico
en el Conjunto H
abitacional Universidad 1810
Iván Jaime Uranga Favela
La Asamblea de Vecinos está
dispuesta a que le revisen la cajuela de su auto cada vez que sale, que
esculquen su persona y si los expertos
en seguridad dicen que hay que quitarse los zapatos “por seguridad” también. En
síntesis, el atropello de sus derechos humanos. ¿Verdad qué es fácil sucumbir
al miedo? Dos sentimientos dominan hoy a la humanidad: Codicia y Miedo.
La historia comienza así.
Víctima: Salí de mi departamento
(#7) situado en el cuarto piso (incluida planta baja), en el camino me encontré
por casualidad con el Güero y le comenté que necesitaba que me hiciera un
trabajo y regresamos al departamento. Subimos al cuarto piso y abrí la puerta
con mis llaves. Una persona mayor de más de 40 años me sometió con un cuchillo.
(No explicó que hizo el Güero) Me ataron con las manos atrás con nudos de
alguien que es militar o está entrenado para hacerlos, le tomé una fotografía
al nudo con una cámara pequeña. (Esto lo sostuvo en público frente a una
asamblea de vecinos.)
Güero: El señor del depto. 7 me
ofreció ponerme dos conos para limpiar los oídos. Yo lo fui a buscar a su
departamento y encontré la puerta del edificio abierta y una persona que estaba
alli´, le pregunté ¿qué a quién buscaba? (no explica que le contesto la
persona). En vez de tocar el interfono, como la puerta estaba abierta, subí al depto. 7 y toqué, pero el señor del
depto. 7 no contesto, no estaba. Bajé y lo veo que venía entrando en su moto
por la puerta de la Unidad Habitacional. Le comenté que lo fui a buscar y
regresamos al edificio (no precisa si la puerta seguía abierta) y subieron al
cuarto piso. El dueño abrió con su llave el depto., y entraron. Estando dentro
se nos abalanzaron cuchillo en mano tres personas jóvenes, nos sometieron, nos
pusieron un trapo en la cabeza para que no les viéramos la cara y nos llevaron
a la recámara, nos pusieron rodilla en piso, pero yo les dije que estaba
operado de las rodillas y no podía hincarme, por lo que me pusieron boca abajo
en la cama y me ataron con las manos atrás. Me pude desatar sólo, antes de los
cinco minutos que los ladrones pusieron como plazo, estábamos encerrados en la
recámara con llave, pero había una llave larga colgada en un clavo y con esa
logré abrir la puerta. (Comenta que entre los ladrones había un güero flaco
alto con cara ovalada).
Interrogantes: ¿pueden personas
normales desatarse de un nudo hecho por un experto? Si la respuesta es
positiva, ¿se puede tomar una foto al nudo con las manos atadas a la espalda?
Si responden negativo, ¿se puede tomar una foto a un nudo desamarrado? Ni la
lógica más elemental sostiene la historia. El móvil del robo fue llevarse las
costosas cámaras que la víctima, por su profesión de fotógrafo tiene en su
departamento, los ladrones olvidaron llevarse una, con la que se tomó la foto
del nudo desamarrado.
La otra historia es la siguiente:
Victima: aproximadamente a las
4:00 am, es decir, en la madrugada un tipo entro escalando por el balcón a mi
departamento (situado en el primer piso y no tan difícil de escalar). Desperté
y lo sorprendí (parece ser que tiene pistola) salió de prisa saltando por el
balcón. No quise matarlo fuera de mi casa (suponemos que por no comprometerse.
Afirmó su dicho frente a la Asamblea de Vecinos).
Una revisión somera encontró un
balcón de una altura no menor de tres metros, con reja de protección de acero
de 90 centímetros de altura adicional, ocupado por 2 macetones de barro grandes
en los costados, con plantas frondosas y dos macetas pequeñas al frente, con
plantas un poco menos frondosas. Saltar desde ese balcón sin salir lastimado es
una proeza, además de los intactos y sin huellas de rotura o enmendadura, macetones
que obstruyen el libre acceso a las rejas, en la parte de abajo existen
obstáculos que fracturan o hieren al personaje más ágil que huya por ellos. Un
salto de 3.90 metros en la oscuridad a un pasillo angosto (1.20m) delimitado
por una reja de varilla de 90 centímetros de altura o encima de arbolitos de
trueno podados como barda (generalmente con ramas resistentes y filosas. Sin
embargo, podemos clasificar ese salto como el vuelo del águila, ya que no dejó
ningún indicio de destrucción ni en las plantas de los macetones y macetas ni
en la barda de arbolitos de trueno o el jardín.
Ponerte en manos de una empresa
de “expertos en seguridad” es delegar tu responsabilidad en personas que están
dedicadas a lucrar con tu miedo, pronto habrá delitos de verdad y el pánico
escalará, porque la empresa no estará dispuesta a perder un cliente. Lo
paradójico será que ahora pagarás por vivir inseguro. Que Dios perdone a los
que por hacer negocio serán la desgracia de los vecinos de esta Unidad.
Escribió: Iván Jaime Uranga
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