¿Eternamente
Victimas?
Iván
Jaime Uranga Favela
Una
disculpa a todos porque en mis disertaciones utilizo mucho la
anécdota, pero no encuentro ejemplos más simples y didácticos para
que todo mundo entienda. Durante 26 años tuve la responsabilidad de
"vender", lo entrecomillé porque realmente es ganar (los
vendedores vivimos de comisiones), eso del libre mercado siempre ha
sido una fantasía, quien tiene poder para imponerse, se impone. Tuve
en "suerte" competir desde empresas muy pequeñas con el 2
al 4% del mercado y ganarles proyectos importantes (8% del mercado en
un sólo pedido) a empresas que
teniendo el 80% del mercado eran y siguen siendo una aplanadora. No
regalan nada.
Hoy
las circunstancias obligan a un cambio de actitud siguiendo reglas
que nos dicta la experiencia:
Regla
1. No ser predecible. Si te sientes victima siempre serás victima,
el que espera perder siempre pierde. La victima espera que el
contrario se deje ganar
Regla
2. Los grandes suelen ser prepotentes, siempre te hacen sentir el
"miserable pichón". Te puedes enojar, pero no sirve de
nada. Nada en el mundo es totalmente poderoso, hasta el acero tiene
grietas microscópicas y es dónde se rompe. Hay que buscarlas e
incidir en ellas. Allí los vas hacer morder el polvo, dónde son
pequeños, tu vas a concentrar tu fuerza principal.
Regla
3. Si tu análisis identifica un proyecto sumamente complicado, haz
la finta que te interesa, luego déjalos ganar. Cuando te enredas
con algo, en el caso de las ventas, las garantías, terminan siendo
malos negocios y desgastan. El boxeador que finta diez golpes pero
acierta uno contundente suele ganar las peleas.
Regla
4. Inclina el terreno a tu favor, de manera que si no logras ganar
el proyecto completo, ganes una parte y desgastes a tu competidor.
En una competencia desigual, la desigualdad es para los dos lados,
vender 80 pesos de cada cien que el mercado demanda es un gran reto,
mientras que vender 4 pesos de cada cien, es difícil, por lo
poderoso de tus competidores, pero no imposible. Y pensar que hay
quienes se consideran perdidos antes de competir.
Regla
5. Donde tu competidor sea muy fuerte, busca una alianza con un
competidor que pueda igualarlo en ese terreno, aunque esa parte del
proyecto la compartas, no se puede ganar todo siempre.
Regla
6. Los malos negocios siempre los debe ganar la competencia, siempre
compite y gana los buenos. Hay que saber reconocer los buenos
negocios de los malos. Si te vez forzado a ofrecer el sol, la luna y
estrellas, es mal negocio, no vas a poder darlas. Aquí se juntan la
Regla 3 y la 6.
Regla
7. Siempre existe una ventaja o varias que tu tienes, úsala para
desgastar al enemigo, has que intente competir en ese terreno a
sabiendas que va a perder, pero aún cuando gane se desgastará,
aquí se juntan Regla 4 y 7. Ojo que se desgaste tu competidor, no
tú.
En
política te enfrentas a componendas ya negociadas de antemano las
bancadas PAN, PRI, PVEM y PANAL actuarán por consigna, son una
mayoría aplastante en las cámaras, pero no son invencibles. ¿Quién
puede asegurar que los intereses de Deschamps, la Gordillo, Gamboa y
los sindicatos menores sean los mismos? Definitivamente nadie y
tampoco coinciden con los de otros diputados de los mismos partidos
aliados. Es muy difícil predecir el futuro y, leyes que consideran
les beneficiarán, pueden convertirse en su tumba.
Muchos
piensan que el IFE y el TRIFE ganaron este 2012, cuando en la
realidad perdieron, ya no pueden engañar a nadie que son imparciales
y, el engaño era su fuerza, terminaron disminuidos y despreciados.
La mafia gastó millones de pesos para comprar votos y publicidad
para ganar los puestos políticos, tuvieron que dilapidar, ese dinero
bien pudo ir a sus bolsillos, los egoístas y mezquinos no
acostumbran regalar nada. ¿Quién de la oposición hace esos
análisis? Parece ser que nadie. En la medida que desgastas a tu
rival, ganas. De la misma manera, no malgastes tu capital político.
Una oposición minoritaria debe dejar de ser victima, cierto que no
puede ganar de manera directa, pero debe aprender a competir con
carambolas de tres bandas. La oposición debe aprovechar que los
damnificados del sistema somos 99% y luchamos contra el 1% de la
población. La mafia está en minoría, los preocupados deben ser
ellos, la aplanadora en las cámaras son mercenarios y sicarios al
servicio de la mafia, pero también tienen intereses propios y la
mafia los desecha cuando ya no le sirven. Si esa no es una grieta, un
eslabón débil de la cadena, ¿entonces qué es?. De que manera lo
explotamos como oposición, hoy, de ninguna. Se aceptan sugerencias,
cientos, miles de ojos debemos observar al enemigo para encontrar sus
puntos débiles. ¡Claro que los tienen!
Solamente
como corolario, dejen de atacar a los diputados y senadores del PRD,
PT y MC, ellos no son el enemigo, con todas sus fallas y errores son
los que hacen un esfuerzo por defender nuestras causas, ¿quién de
nosotros está libre de cometer errores (pendejadas)? Sobre todo
porque nuestra política en la mayoría de los casos es dar palos de
ciego.
Nuestro
camarada Fernando Belauzaran hace esfuerzos por analizar las
coyunturas, pero cuando pone a consideración sus ideas, nosotros en
vez de festejar lo correcto y explicar de manera clara y precisa, a
nuestra consideración del error, paradójicamente recibe un
linchamiento. Ese error es el peor que podemos cometer, no fomentamos
la discusión en libertad, no confrontamos las ideas con ideas, sino
con insultos. Si alguien en el pasado cometió un error, ¿seguirá
cometiendo errores? Es una manera muy lineal de ver la realidad.
Algunas personas en un ambiente que les es propicio abandonan vicios
como alcoholismo y drogas, ¿por qué no habría regeneración en
política? ¿Abandonaremos el sectarismo?
Muchos
opositores hacemos análisis muy subjetivos, líderes puros,
defendiendo siempre la razón y la justicia, organizaciones formadas
por militantes que siempre piensan en el bien común, nunca se
equivocan. Los malos son fáciles de identificar, ante nuestras
exigencias, repentinamente cambian y hacen caso, se vuelven
honorables, etc. El mundo ideal de nuestros sueños no existe,
tenemos que aprender a ganar con lo que tenemos de líderes y las
condiciones reales que existen y, entonces sí, construir el mundo de
nuestros sueños. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero
tenemos que seguir intentando y, con nuestro ejemplo, enseñar a las
nuevas generaciones a intentarlo.
Nos
quitaremos algún día el complejo de victimas YO PIENSO QUE SÍ.
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